Las pruebas: La escuela de Dios | Emeterio Soriano | 28/04/19

Sermones

Las pruebas: La escuela de Dios | Emeterio Soriano | 28/04/19

Predicador - Emeterio Soriano

Las pruebas: La escuela de Dios

Santiago 1:1-5

Introducción

(1) Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.

La palabra pedagogía hace referencia al término griego pedagogo, término que estaba compuesto por paidos (“niño”) y gogía (“conducir” o “llevar”). Por lo tanto, el concepto hacía referencia al esclavo que llevaba a los niños a la escuela. En esta porción tenemos como base el pensamiento judío, según el cual Dios, por pura pedagogía, sitúa al hombre ante la prueba. En Deuteronomio 8: 11-17, vemos cómo la peregrinación de Israel por el desierto era una muestra de la pedagogía divina, y que como siempre para al final hacerles bien (v.16).

Para un mejor entendimiento se debe recordemos que el escritor de la epístola, Santiago o Jacobo, era judío, hermano del Señor Jesucristo (Marcos 6: 3; Gálatas 1: 19) y pastor en Jerusalén. Un hombre conocedor de las costumbres de los judíos, que escribe su epístola cerca de la mitad del Siglo primero.

Santiago dirige esta carta sus doble hermanos los cristianos judíos, que luego de la muerte de Esteban fueron esparcidos (Hechos 8: 1). Estos creyentes habían perdido sus casas, sus tierras, sus relaciones con vecinos y familiares de su ciudad, se encontraban bajo abusos y en peligro por la gran persecución de entonces. Estos creyentes se encontraban pasando por un tiempo de grandes adversidades, ellos se encontraban en medio de pruebas. Ellos se encontraban en la escuela de Dios, siendo perfeccionados con los métodos de Dios.

Es evidente que las situaciones adversas tendrán resultados distintos en cada persona, pero estos resultados dependerán del tipo de fe que se posea, una fe verdadera producirá un carácter maduro en el creyente verdadero. Mientras que desalentarán a aquellos que su fe no está en Cristo.

En esta ocasión aprenderemos tres productos que DIos quiere que se desarrollen en nosotros a través de las pruebas. A través de las pruebas Dios quiere producir en nosotros: gozo, paciencia y madurez.

1. El gozo producido por la prueba. v. 2

(2)  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

Para poder experimentar el gozo cristiano en medio de las pruebas, es necesario un proceso:

  1. Entendiendo la prueba. Las circunstancias angustiosas son las adversidades que Dios usa para probar la fe del creyente. Estas pruebas vienen en modos y formas diversas. Ningún creyente ha recibido garantía de que vivirá una vida libre de dificultades y pacífica.
  2. Entendiendo el origen de la prueba. Estas adversidades se origina en la mente de Dios para con sus hijos. Esta no es una tentación fraguada por Satanás ni tampoco es el resultado de nuestros deseos carnales. Estas pruebas frecuentemente asaltan la vida del creyente sin que éste se de cuenta.
  3. Actitud correcta frente a la prueba. Las pruebas llegarán a la vida de todo creyente verdadero. Por tal razón, no deben de sorprendernos ni tampoco debemos procurar escapar de ellas o evadirlas. La actitud correcta frente a ellas es entenderlas como parte del plan de Dios en el perfeccionamiento de nuestro carácter. hermanos debemos saber que las pruebas en nuestras vidas tienen un propósito de hacernos bien.

Las pruebas aunque no producen alegría, en el creyente verdadero producen gozo. Este gozo viene de tener una relación con Cristo que se evidencia cuando somos probados, y sobre todo cuando las pruebas surten el efecto de perfeccionamiento espiritual.

Santiago repite los pensamientos que Jesús manifiesta en la última bienaventuranza: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” (Mt. 5:11–12). Por consiguiente, Santiago le dice a sus lectores: “No se amarguen a causa de las adversidades, más bien gócense”.

2. La paciencia producida por la prueba. v. 3

(3)  sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.

Se muestra el paralelismo judío en este verso, donde se repite y refuerza el término pruebas, aclarando que son el instrumento de purificación del carácter. En Proverbios 27: 21, el proverbista recuerda que la prueba del oro, la ejecuta el fuego. El oro en este pasaje es la fe del creyente, entendida sobre todo como constancia o fidelidad en la conducta dictada por el evangelio. 1 Pedro 1: 6-7

Lo que es probado es la fidelidad que tenemos al evangelio. El evangelio de Jesucristo es el Norte de la vida cristiana. Las pruebas probarán qué tan franco es nuestro Norte.

La palabra traducida por paciencia significa aguante, perseverancia, constancia. La paciencia no produce prueba, sino que una fe verdadera, al ser probada, resultará en el desarrollo de esta virtud: paciencia. Algunos alegan que no se debe pedir paciencia, pues vendrán las pruebas. Esto no es cierto según la Biblia, la prueba llegarán a todos, tarde o temprano, como ya vimos en el verso anterior.

Tampoco debemos considerar que la paciencia es una resignación pasiva ante circunstancias adversas, sino que es la firmeza y el valor que nos ayudan a resistir con valentía.

Mientras que la resignación es pasiva, la perseverancia es activa. La resignación resulta en derrota; la perseverancia, en triunfo. El cristiano persevera mirando a Jesús, autor y perfeccionador de su fe (Heb. 12:2)

El cristiano confía en que de Dios vendrá ayuda, auxilio, fuerza y consuelo. El sabe que Dios siempre responde a la fe y provee los medios para superar el período de prueba. El creyente que posee la virtud de la perseverancia se aferra a Dios con fe, persiste en el cumplimiento de la voluntad de Dios, y no puede ser alejado de su propósito declarado de servir a su Dios.

3. La madurez producida por la prueba. v. 4

(4)  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

En los tiempos de prueba preocupémonos que la paciencia actúe en nosotros, y no la pasión. La paciencia la produce Dios es nosotros, la pasión se produce como una respuesta carnal, para nada espiritual.

El ser pacientes tiene un propósito, y es que el creyente llegue a la madurez espiritual. Persevera durante tus dificultades, para que la obra que Dios ha comenzado en ti sea llevada a su culminación.

Así como se le debe permitir a una planta que produce fruto que complete su período de crecimiento, del mismo modo se le debe dar a la perseverancia todo el tiempo necesario.

La palabra perfectos se usa éticamente en 1 Tesalonicenses 5: 23, indicando que cada gracia presente en Cristo debiera manifestarse en el creyente; así también en Santiago 1: 4. Por “perfectos” no se refiere a ausencia absoluta de pecado, sino que lleva implícita la idea de algo completamente desarrollado o maduro. Cabales subraya la idea de plenitud y redondez. La frase “sin que os falte cosa alguna” indica algo completo en que todas sus partes funcionan.

Entonces, si realmente hemos recibido todas las partes necesarias que nos hacen maduros y completos, y si Dios nos ha dado todas las cosas de modo que no carecemos de nada, debemos ser capaces de soportar las pruebas que Dios nos pone. Y porque Dios nos ha equipado plenamente podemos perseverar en la fe. En este contexto si podemos decir Filipenses 4: 13.

Aplicación

(5)  Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Santiago les dijo a los cristianos en la diáspora, y nos dice a nosotros hoy en día también: si tienen problemas para entender una situación de prueba en su vida, sepa que:

  • Le falta conocimiento.No es conocimiento intelectual o especulación filosófica, sino comprensión espiritual del propósito de la pruebas.
  • Debe orar por ese conocimiento. Una de las actitudes más importante en medio de las pruebas, es la oración. Oración para entenderlas, para aguantarlas, para hallar el gozo espiritual en ellas. La oración constituye aire fresco en el desierto de la prueba.
  • Dios se compromete a ayudarle a comprender y a salir victorioso de la prueba. Cuando Dios concede un don lo hace abundantemente y sin reproche, esto es, generosamente, no con disgusto, desgano o reservas.

Considerado como puro gozo cuando nubes oscuras se acumulan sobre vuestra cabeza; ellas os darán lluvias de bendición. Estas lluvias hacen que vuestra vida de fe se desarrolle y crezca.

Autor: Emeterio Soriano

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