Manejando nuestras finanzas biblicamente 1 / Ps. Ramón De Jesús

Sermones

Manejando nuestras finanzas biblicamente 1 / Ps. Ramón De Jesús

Manejando nuestras finanzas bíblicamente

Salmos 24:1-6
El asunto financiero es uno de los temas más cruciales en la vida de todos los seres humanos, sean estos cristianos o no. El Señor Jesús enseñó mucho respecto al dinero y a la manera de usarlo correctamente. Más del 35 por ciento de sus parábolas nos hablan, de una manera u otra, sobre el tema del dinero. Nos enseñó que no debemos hacer demasiado énfasis en el, ni tampoco debemos darle poca importancia. En esta, mediante esta serie de enseñanzas de tres exposiciones, queremos aprender algunos de los principios bíblicos que tienen que ver con el dinero y los bienes materiales.

I) – Tres Grandes Principios Financieros:

Antes de considerar el tema de cómo debe manejar sus finanzas un cristiano, veamos tres grandes principios respecto al dinero y los bienes.

1 – Dios es el dueño de todo

El primer gran principio respecto al dinero y a los bienes materiales es éste: Dios es el dueño de todo. La Biblia deja muy en claro que este mundo y todo lo que hay en él, pertenece a Dios. Dios es Quien creó todas las cosas; por lo tanto, todas las cosas le pertenecen. La Biblia dice:

De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en el habitan (Salmo 24:1).

Dios es el dueño de todas las cosas que hay en el mundo. Incluso Él lo dice claramente en la Biblia:

Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos (Hageo 2:8).

Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. . . . Porque mío es el mundo y su plenitud (Salmo 50:10, 12).

Nunca debemos olvidar que Dios es el verdadero dueño de todas las cosas. Podemos poseer muchas cosas, pero su dueño es Dios. David reconoció a Dios como propietario de todas las cosas. Él dijo:

Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos (1 Crónicas 29:11).

2 – Todas las cosas provienen de Dios

El segundo gran principio respecto al dinero y a las posesiones es éste: todas las cosas provienen de Dios. No sólo Dios es el dueño de todas las cosas, sino que todo lo que recibimos proviene de Él. David dijo: Las riquezas y la gloria provienen de ti (1 Crónicas 29:12). Podemos ganar dinero trabajando mucho, pero es Dios quien nos da las fuerzas para trabajar. La Biblia nos advierte del peligro de olvidar a Dios y decir en nuestro corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza (Deuteronomio 8:17). La Palabra de Dios dice:

Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas . . . (Deuteronomio 8:18).

3 – Nosotros y todo lo que tenemos pertenece a Dios

El tercer gran principio respecto al dinero y a los bienes es éste: nosotros y todo lo que tenemos pertenece a Dios.

a.- Pertenecemos a Dios por derecho de creación. La Biblia dice:

Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado (Salmo 100:3).

b.- Nosotros pertenecemos a Dios por derecho de redención. La Biblia dice:

¿O ignoráis que . . . no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6:19–20).

Puesto que nosotros mismos pertenecemos a Dios, todo lo que tenemos también Le pertenece. David también reconoció este principio. Después de haber dado una ofrenda sumamente costosa para la edificación del templo, dijo:

Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos (1 Crónicas 29:14).

Cuando reconozco que todo lo que tengo pertenece a Dios y le entrego todo a Él, me libro de grandes preocupaciones. Todo es propiedad de Dios, no mía, y Él puede cuidarlo mucho mejor que yo.

c.- Pertenecemos a Dios por derecho de sustentación. Colos. 1: 7; Sal. 50: 9-12.

* Dios sustenta, es decir, da mantenimiento a toda la creación con la palabra de su poder.  Hebreo 1: 3.

* El envía la lluvia, riega y hace producir, para el mantenimiento de todos los seres vivientes.  Sal. 1014: 13—18.

* La tierra que bebe la lluvia, recibe la bendición de Dios. Heb. 6: 7.

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Autor: Ramón De Jesús 

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