Propósito de una Iglesia que glorifica a Dios 2 | Ps. Ramón De Jesús

Sermones

Propósitos de una Iglesia que glorifica a Dios 2 | Ps. Ramón De Jesús | 03/03/19

¿Cuál es el propósito de la iglesia que glorifica a Dios?

I.- LA GLORIA DE DIOS

El pasaje nos dice en tres ocasiones distintas que la iglesia fue establecida para glorificar a nuestro Dios.

  • Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia…”. Vv. 4-6ª.
  • a fin de que seamos para alabanza de su gloria,  nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.” Vv. 12.
  • En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,  que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de la gloria de su gloria”. Vv. 13-14.

Es importante definir qué es la gloria de Dios.  En hebreo, la palabra “gloria” es kabod que viene de una raíz que significa pesado, algo que no es ligero o sencillo, y en el griego es la palabra doxa que  originalmente significó “opinión”.  De manera que al hablar o hacer algo, nosotros debiéramos hacerlo de una manera que ensanche la opinión que el otro tiene acerca de nuestro Dios.

Por otro lado, de la forma en que esta palabra es utilizada en algunos pasajes de la Biblia, la palabra “gloria” significa: honor, excelencia, reputación. Así mismo, la palabra “gloria” es usada para significar luz o la brillantez que rodea a Dios como ocurre en la Septuaginta. Cuando Dios deja ver lo que Él es, lo que se manifiesta es su gloria.  La gloria de Dios engloba todo lo que Él es, sus atributos: poder, gracia, amor, misericordia, omnisciencia, omnisciencia, omnipotencia, sabiduría, eternidad… El Salmos 91:1 dice lo siguiente: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.  La grandeza del universo y la sabiduría requerida para que funcione armónicamente reflejan en su poder y majestad lo que Dios es.

 Ahora bien, el universo no refleja aquellos atributos como: el amor, la gracia, la misericordia y la justicia de Dios, por lo tanto el universo se queda corto en la demostración de lo que Dios es.  Pero su Hijo en la cruz termina revelando, a través de su sacrificio, el amor, la gracia, la misericordia y la justicia, completando así la revelación de la gloria del Dios Creador del cielo y de la tierra. La cruz puso de manifiesto un aspecto de la gloria de Dios que el universo en toda su grandeza no había sido capaz de manifestar.  Es sobre ese Cristo clavado y traspasado que su iglesia ha sido construida.

Dios hizo todo para su propia gloria y la iglesia como institución no seri  la excepción. Isaias 43:7 afirma: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Estas palabras, obviamente,  incluyen a cada persona que Dios ha llamado, y se han hecho parte de su iglesia.  Dios nos hizo para su gloria y, luego que lo echamos todo a perder, de nuevo nos salvó para su propia gloria. 1 Corintios 10:31 enfatiza: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

Nuestra salvación glorifica, exalta y proclama su gracia, cuando sin merecerlo nos otorgó el perdón, y mediante ese perdón pasamos de la muerte a la vida y de ser hijos de la ira a ser hijos de Dios.  Él no está más completo o más satisfecho con nuestra salvación, puesto que Dios está completo y satisfecho en sí mismo. Hay algo importante que nosotros necesitamos entender y es que cuando Dios actúa para su propia gloria, los únicos beneficiados somos nosotros.  

  • Cuando Dios despliega su poder, nada es agregado a su ser, pero nosotros somos favorecidos cuando su poder nos protege, nos levanta, nos sostiene, nos preserva y cuando El hace eso en condiciones extremas como lo hizo en el desierto por 40 años, o cuando levanto a Cristo de entre los muertos, entonces,  Él es glorificado al dar a conocer su poder y nosotros los seres humanos nos beneficiamos.
  • Cuando  Dios despliega su sabiduría, no se hace más sabio ni tampoco se siente orgulloso de cuanto Él sabe, como ocurre con los humanos; o cuando nos otorga su gracia, Él no se siente ser magnánimo… esas son emociones humanas fruto de nuestra caída.
Todo esto nos lleva a comprender mejor que Dios no busca beneficiarse al glorificarse, porque desde toda la eternidad, nuestro Dios ha permanecido inmutable, independientemente de cuantas personas o ángeles hayan querido reconocerle o adorarle.

Dios nunca ha perdido o ganado nada; Él es Dios.  El despliegue de sus atributos nos beneficia a nosotros. Con ese entendimiento, quizá podamos entender mejor por qué Dios edifico su iglesia para su propia gloria: La iglesia es el escenario para revelar su naturaleza santa, benevolente, sabia y poderosa. Miremos como Efesios 3:10 apoya esta aseveración  que acabamos de compartir: “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales”.

Dios ha querido mostrarse a través de su iglesia y, por medio de ella, “enseñar” a los seres angelicales acerca de su naturaleza; acerca de su carácter. La iglesia  es un instrumento de enseñanza y de glorificación en las manos de Dios.

Cristo dijo una y otra vez que su propósito en la tierra era glorificar a su Padre. Por ejemplo en Juan 12:27-28 vemos una ocasión en la que estuvo meditando acerca de su muerte: “Ahora esta turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre,  sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.  Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificare otra vez”. Cuando la novia de Cristo es vista al final de los tiempos, la vemos haciendo exactamente lo que Dios se propuso que hiciera.   Apocalipsis 19:7 lo dice así: “Gocémonos alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado”.

Cuando todo sea dicho y hecho, la iglesia redimida en los cielos cantara acerca de la gloria de Dios por los siglos de los siglos.  

II.- LA PROCLAMACIÓN DE LA SANA DOCTRINA

El texto nos dice en v. 1: 13En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Esto nos enseña que la Palabra fue oída por estos creyentes efesios, y si la oyeron, hubo quien la proclamase.

Este es el más importante de los propósitos de la iglesia que glorifica a Dios.  La predicación verdadera de la Palabra es el gran medio para mantener la iglesia y para capacitarla a fin de que esta permanezca en la perfecta voluntad de Dios. En pasajes como Juan 8:31-32, 47Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”; 14: 23

Respondió Jesús  y le dijo: El que me ama, mi palabra guardara;  y mi Padre le guardará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. 1 Juan 5:2-3 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. 2 Juan 9Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios, el que persevera en la doctrina de Cristo, ese sí tiene al Padre y al Hijo”.

La Gran Comisión del Cristo resucitado para la iglesia,  la vemos en Mateo 28:18-20Y Jesús se acercó y les hablo diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden  todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Amén”.

Marcos 16:15-16 nos dice: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado”.

III.- LA ADMINISTRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS

La iglesia es un grupo de personas que el Dios el Padre escogió; que Dios el Hijo Jesucristo redimió a precio de sangre y que Dios el Espíritu Santo regenero para proclamar su gloria por toda la eternidad. Cuando evangelizamos, si lo hacemos como Dios manda, glorificamos su nombre porque ponemos de manifiesto el poder de su Palabra. Cuando discipulamos como nos  instruye la Palabra, glorificamos su nombre porque contribuimos a formar la imagen de Cristo en el otro.

IV.- LA ADMINISTRACIÓN FIEL DE LA DISCIPLINA

Nuestro pasaje nos indica en v. 1: 4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”; esto implica  que cuando disciplinamos, glorificamos su nombre porque contribuimos a reivindicar su santidad.

Autor: Ps. Ramón De Jesús

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