Una vida cerca de Dios / Campaña Evangelística / Ps. Julio Rosa

Sermones

Una vida cerca de Dios / Campaña Evangelística / Ps. Julio Rosa / 26/08/18

Predicador - Pastores Invitados

UNA VIDA CERCA DE DIOS

TEXTO: SANTIAGO 4:6-10

Una vida cerca de Dios – ¿Cómo mantenernos cerca de Dios? ¿Cómo permanecer cerca de Dios? ¿Qué nos ayudara a estar día a día en la presencia de Dios? ¿Cómo hacer de la presencia de Dios una experiencia continua en mi vida?

Para permanecer en Dios como un estilo de vida necesitamos:

  • UNA VIDA EN EL ESPÍRITU. (4:5).

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.

Estos versos nos hablan del Espíritu y la carne y el conflicto que generan sus deseos.

Todos los creyentes tienen en su interior la presencia del Espíritu Santo. (Rom 8:9, 11; Ef. 1:13-14; 1 Cor. 6:19-20). Esa presencia los capacita con el poder personal para vivir de forma agradable a Dios. “Andad” es una acción continua o un estilo de vida habitual. Es como nos sometemos al control del Espíritu por medio de la obediencia a los mandatos básicos de las Escrituras.

La carne abarca todo el ser humano. No se trata solo del cuerpo físico, sino que incluye la mente, las emociones y la voluntad ya que cada una de estas partes están sujetas al pecado. Es nuestra condición humana no redimida.

El término griego que se traduce “deseo” es “epithumia” y significa “desear ansiosamente”, “fijar el deseo sobre”. Destaca el impulso interno más bien que el objeto deseado. (Lucas 16:21).

Así esta palabra apunta a un “sobre-deseo”, un deseo exorbitante, un impulso y un ansia que lo controla todo. El problema con los deseos pecaminosos es que llegan a enraizarse profundamente en nosotros, nos impulsan y nos controlan. El pecado crea en nosotros un sentir de que necesitamos tener lo que deseamos por lo cual lo buscamos frenética e impulsivamente. Es como el deseo que tenía Amnón sobre Tamar. O el deseo de Israel en el desierto de comer carne.

Ahora bien, no es sencillo andar en el Espíritu. Recuerde que estamos hablando de disciplina personal, del gimnasio espiritual, de rutinas de ejercicios espirituales “para que no hagáis lo que quisiereis”. Veamos a Gálatas 5:16-17 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”.

Andar en el Espíritu implica no satisfacer los deseos de la carne y esto necesariamente provocara en nosotros un conflicto. Este conflicto a primera vista parece una batalla entre algo de nosotros y algo fuera de nosotros. Pero como habla de deseos encontrados es claro que este conflicto se lleva a cabo en nuestro interior.

Un error común que cometemos contra estos deseos es poner nuestra voluntad en pugna contra la carne, en vez de rendir nuestra voluntad al Espíritu Santo. (Gal. 5:18).

Andar en el Espíritu es vivir bajo el poder del Espíritu Santo, lo cual se evidencia por medio de actitudes espirituales. (Gal. 5:22-26). Estas actitudes espirituales son nueve y se conectan entre si Andar en el Espíritu es caracterizarnos por las actitudes piadosas producidas por el Espíritu

  • UNA VIDA DE HUMILDAD. (4:6, 10).

Humillarse es “rebajarse uno mismo”. Los que son conscientes de que están en la presencia santa y majestuosa de Dios son los que han asumido un carácter humilde. (Isa. 6:5). Mateo 23:12 dice: Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Lucas 9:48 Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande».

Los peligros del orgullo

Los hijos de Dios están llamados a ser humildes puesto que la Escritura ve el orgullo como un feo pecado que el diablo cometió junto con los otros ángeles que se unieron a su rebelión. El orgullo es el pecado que llevó a Adán y a Eva a ser expulsados del huerto. Es ese pecado condenatorio el que instigó la rebelión en contra de Dios y de su ley, porque fue el orgullo el que pretendió destronar a Dios, atacar su soberanía absoluta perfecta, y reemplazarlo con el yo. Este tipo de orgullo se apodera de manera natural de cada corazón humano.

El orgullo es la razón que dificulta llegar a Cristo. Después de todo, ¿quién quiere aborrecerse y negarse a sí mismo? Sin embargo, ese fue el mensaje que Jesús enseñó: que uno no puede entrar en su reino si no se aborrece a sí mismo. Es difícil rehusarse a asociarse por más tiempo con la persona que uno es —hacer a un lado las ambiciones propias, los deseos, los sueños, las metas— y acudir a Cristo quebrantado, contrito y con las manos vacías.

El orgullo rechaza la deidad.

En cuarto lugar, el orgullo rechaza la deidad. Jesús dijo en Lucas 9:48: «Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió». El niño representa a aquellos que son discípulos de Jesús. Jesús dejó en claro que, a menos que uno se vuelva como un niño, no entrará en el reino. Por lo tanto, los que rechazan a Cristo objetan la presencia de Dios en otros creyentes. Estos hijos de Dios son preciosos para el Señor, por lo que también deben ser valiosos para nosotros. La humildad pertenece a aquellos que entienden que el camino hacia abajo es el que lleva hacia arriba.

  • UNA VIDA SOMETIDA A DIOS Y NO A LOS DESEOS DEL DIABLO. (4:7).

Es obediencia, subordinación a Dios. El cristiano como hijo de Dios debe estar sometido a Dios en obediencia firme y constante y no a los deseos del diablo. “Resistid es pararnos en oposición”. Esto significa que como cristianos debemos resistir las pretensiones del maligno. Pero no con nuestras propias fuerzas sino con la sangre de Cordero y la armadura de Dios. (Apoc. 12:9-11; Ef. 6:10-18).

  • UN ANHELO Y DESEO POR LA CASA DE DIOS. (4:8).

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. Esta expresión es tomada del AT, específicamente del santuario, del Tabernáculo de reunión. Es una invitación a venir ante la presencia de Dios, a buscar a Dios en su santuario, en sus atrios. En el libro de los Salmos encontramos ese anhelo y deseo ardiente que David tenía por la casa de Dios. Recuerde que David fue quien tuvo la idea de construir casa a Dios. En los salmos vemos como expresa lo importante que era para él la casa de Dios. (Salmo 84).

  • UNA VIDA SIN PECADO. (4:8-9).

“Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza”.

Cada día debemos crear un abismo de separación entre nuestras vidas y el pecado. ¿Cómo hacer eso?

Una vida quebrantada por el pecado. (4:9). Afligíos, lamentad, llorad. Esta condición es quebrantamiento por el pecado. Dolor por el pecado. El pecado debe llevarnos a la aflicción, al lamento, y a llorar por el pecado.

La aflicción es quebrantamiento por la miseria y perdición de su pecado. El lamento es la reacción interior que se corresponde con esa clase de quebrantamiento. Llorar es la manifestación exterior de la tristeza interna por el pecado. (Mar. 14:72). Esto está haciendo falta en nuestras iglesias. Se está manejando el pecado de una manera dulce, somera, superficial y poca seriedad. Cuando para Dios el pecado es algo serio. ¡Muy serio! Adan y Eva no fueron mundanos, ni perversos, ni fornicarios, ni borrachos, ni adúlteros. Simplemente comieron de un árbol del cual Dios le dijo que no comieran. Eso fue todo. Y por eso fueron expulsados del paraíso, y castigados severamente porque para Dios el pecado es algo serio.

El término “risa” aquí es una palabra que se aplica a la risa atrevida de los necios que se dedican a buscar placeres mundanos. Describe a las personas que no piensan en Dios. Santiago advierte aquí que deberían lamentarse por su pecado. (Luc. 18:13-14). Hay un cuadro en el AT sobre esta actitud que debemos tener para con el pecado. (Joel 2:12-18).

Autor: Ps. Julio Rosa 

Último mensaje predicado: https://libres.org.do/sermons/la-oracion-medio-de-acercamiento-a-dios/

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